La música fue esencial en cada uno de los tiempos. Manuel Rangel (maracas, guitarra, miembro honorario), Edwin Arellano (cuatro, perteneciente al grupo los sinverguenzas) y Virginia Moreno (oboe y presidente) fueron los intérpretes de la noche.
En el primer tiempo, la melodía de la tonada Corral de ordeño de Simón Diaz, fue la protagonista representante de emociones como melancolía, añoranza y recuerdos del llano venezolano.